7 de septiembre de 2008

lunes de miércoles

Nada de grises. O blanco o negro. Con los días pasa lo mismo. O bueno o malo. Y dentro de los malos están los días de mierda. Hoy claramente hago honor a esta última categoría.
Suena el despertador una hora antes, pie izquierdo. Ya no hay más agua caliente, repito paso anterior. Ducha fría y a otra cosa. ¿Crema de enjuague? Te la debo. El jabón tiene olor a hombre, no te jodo. No encuentro mis jeans, dale que va. Feliz cumple má. Gracias, ayer subí a tu cuarto y encontré el corpiño que buscaba hace mil años encima de unas cajas entre medio del despelote y ... mute. Tengo la habilidad de abstraerme facilmente. A desayunar. Solo hay cereales, y se me acabaron las tiritas para medirme. Bueno. Aprovecho que es temprano y corro a la ofi para escribir unas cositas antes de arrancar. En el camino me cruzo con mi viejo. ¿Cuándo vas a ordenar el quilombo...yo con cara de aestahoranoentiendonadaynoquieroentendertampoco...y sigue, el quilombo que es tu vida? Lindo, porque no bastaba y es hora de planteos sobre mi futuro y la mar en coche. Hubiera preferido una patada en el culo. Jardín. Me olvidé de plantar el limonero, da para una segunda ronda de retos. Llego, agua, mate y a otra cosa porfavor. La compu se cuelga un cachito, puedo vivir con eso, si. Mensaje de mi profesor: todo texto fuera de término será huérfano de corrección. Lógico tanto pero lo escribo igual che, dejame pasar una. Comentario de voy a hacer de cuenta que no lo leí, hacé de cuenta lo que quieras mijo. Celular, mensaje, no les gustó. Pero oime che, dejamedejoder. Todo el fin de semana dibujando. Era lo que habíamos charlado. Me lo hubieran dicho ayer. Es obvio que esa vieja la tiene contigo. Si, ya se, pero no se porqué. Si la veo...uff. Mediodía. Agarro la bici para cambiar de aire, a ver si se me pasa el empaque. Perdí la tapita del MP3. La única pieza que se puede perder, claro. Lechuga en la heladera. Chau. Fotocopiadora y para las 6 la tenés. Antes, te lo pido, a esa hora tengo que estar en la otra punta de la ciudad. Bueno dale. Bien, una bien. Farmacia cuarenta minutos, podría haber sido peor. Vueltas y vueltas hasta encontrar el local. Consiguen el repuesto. Bien, dos bien. vuelvo a casa que hay cumpleaños. Pongo el agua y rajo a buscar las fotocopias. Diez cuadras. Diez alcanzan para que se salga la cadena completamente y se enrede inexplicablemente. Litros de aceite y grasa, no podía ser de otra manera. Agachada en la vereda, con las manos dentro del despelote de de la amarilla contrapedal se acerca una mujer. Hola que tal, soy revendedora de Avon, querés ver el catálogo. en que momento pensó que era una potencial clienta no lo se. La miro y resumo en un seco seco NO. Camino con la bici a buscar el libro y ayuda. El fotocopiador, un copado, dale, no hay drama. Hasta me presta una toalla para limpiarme. Tres bien. Me da las fotocopias de otro. Pero la veía venir, así que antes de irme solucioné el malentendido. Vuelvo a los piques. Ya estoy tarde. En la puerta, Hola ¿cómo estas, va a llover no? Más vale que no, contesto. Cuelgo la bici, agarro la mochi, saludo saludo y rajo. Media hora en la parada. Subo al bondi y me siento. Bien. Cuatro bien. Se me vuelca la coca en el jean rotoso. Tránsito de hora pico y barrera. Muere el celular. Llegué tarde. Clase. Bien. A una cuadra de la parada ve pasar, no uno ni dos, sino cuatro 15. El universo complota contra mi claramente. Camino así me despejo y compro el regalo para mamá. Y se repite la historia, a una cuadra de la parada, planta en brazos, pasan tres 15. Al pedo correr. Vuelvo a cualquierhora. Ravioles fríos. Hay Champagne. Esto si que es buena suerte. Corro a la oficina a dibujar para mañana. Se dispara la alarma. Vuelo por la escalera a apagarla casi casi aturdida y me estampo contra el televisor. Basta ya. Termino de dibujar rápido. Me duele todo. O corpo todo. Guardome hasta mañana.

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